La otitis canina es una patología muy común entre nuestros queridos perros, considerándose que más del 20% la padecen hoy en día. Una otitis puede llegar a ser muy molesta y dolorosa incluso en los casos leves, y muy grave en los casos más extremos dependiendo del tipo, razón por la que es tan importante aprender a reconocer sus síntomas debidamente y poder instaurar un tratamiento cuanto antes.
La otitis es una inflamación del canal auditivo cuya presentación puede ser causada por diferentes agentes, y no solo por causas infecciosas, como en un primer momento podemos pensar.
En función de la zona del oído afectada, una otitis puede denominarse:
- Externa. Afortunadamente, es la más común por ser la de más fácil acceso a la hora del diagnóstico y tratamiento. Afecta el pabellón auricular y al conducto auditivo externo.
- Media. La otitis avanza por el canal auditivo y afecta al canal auditivo medio, pudiendo generarse o haberse generado previamente, rotura del tímpano.
- Interna. Afecta a las estructuras más internas del oído y puede derivarse de una falta o ineficaz tratamiento de una otitis media.
Es muy importante tener presente que, a priori, la gravedad de este proceso suele ser mayor cuanto más interna sea la otitis. Hemos de considerar que es tan frecuente encontrarnos otitis bilaterales (que afectan a ambos oídos) como otitis unilaterales (que afectan solo a uno de los dos oídos).
¿Cuáles son los síntomas para detectarla?
La siguiente lista de signos y síntomas puede servirnos de alarma para su detección y acudir al veterinario con rapidez:
- Sacudidas de cabeza constantes y repentinas.
- Inflamación del conducto auditivo.
- Secreciones anormales del canal auditivo.
- Tu mascota se frota o rasca excesivamente la oreja e incluso la cabeza.
- Cabeza ladeada o inclinada hacía la oreja afectada (el oído afectado siempre es el que deja abajo).
- Dolor al tacto en la zona, al ladrar o incluso al comer.
- Mal olor (se asocia normalmente a una infección).
- Exceso de cera o tapones.
- Heridas, cicatrices o pérdida de pelo en las orejas (generalmente por rascado).
- Pérdida o afectación del equilibrio y de la marcha (en casos graves o extremos que afecten a oído medio o interno).
Es importante evitar el autodiagnóstico y la instauración de un tratamiento sin la prescripción de un facultativo. Es el veterinario el encargado de averiguar la causa y quien mejor sabrá tratar a nuestro perro.
¿Cuáles son las principales causas?
Existen varias causas que generan la otitis en perros y que como ya hemos comentado, no siempre han de ser infecciones. Los principales desencadenantes son:
- Cualquier proceso alérgico, tanto alimentarias como atopias, pueden provocar otitis.
- Parásitos, principalmente ácaros.
- Agentes infecciosos diversos (bacterias y hongos, principalmente).
- Cuerpos extraños que se introducen en el oído de forma casual. Las espigas y semillas secas son los cuerpos extraños más frecuentes, con diferencia.
- Otras causas menos frecuentes son el hipotiroidismo, así como la presencia de pólipos o tumores en el canal auditivo.
- Hipersensibilidad a fármacos tópicos que puedan provocan una reacción adversa o efecto secundario, también puede ser motivo para una otitis.
¿Cuáles son los otros factores que facilitan el desarrollo de esta enfermedad?
Son aquellos factores que aumentan las probabilidades de que tu mascota padezca esta enfermedad y pueden depender tanto de la morfología o tipología del perro como de su hábitat y costumbres.
A continuación, vamos a enumerar los más comunes:
- Orejas caídas y pelo largo: no dejan que el conducto auditivo se airee y hacen que se cree un microclima óptimo para hongos y bacterias.
- Conductos auditivos estrechos.
- Exceso de humedad en el conducto auditivo: en perros que se bañan frecuentemente puede darse un nivel de humedad excesivo dentro del oído, ideal para que proliferen los hongos y las bacterias.
- Temperatura ambiental elevada.
- Obstrucción del conducto auditivo por la existencia de tumores o pólipos.
- Enfermedades sistémicas que afectan a la salud general del animal.
- Actividad frecuente en zonas de alto riesgo (campos y parcelas con abundante maleza, así como estrecho contacto con el agua, ya sea dulce o salada)).
¿Cómo prevenir la otitis?
Para prevenir la otitis en perros o disminuir la probabilidad de padecerla, debemos tomar las siguientes precauciones:
- Realizar revisiones regulares de los oídos de la mascota para detectar cualquier señal fuera de lo normal.
- Si tiene un historial recurrente de otitis o tiene algún factor de riesgo (como orejas caídas, frecuente contacto con agua, etc.) debemos limpiar habitualmente sus oídos con productos aconsejados por el veterinario, nunca sin una previa prescripción médica.
- No introducir ningún objeto ni sustancia en el canal auditivo del animal sin aprobación de un profesional veterinario
- Consultar con nuestro veterinario de confianza sobre cómo debemos hacer las limpiezas de oído.
- Evitar la humedad en el interior de las orejas.
- Mantener una buena alimentación que ayuden a tu perro a evitar alergias, intolerancias o atopias.
Lo que nunca debemos de hacer si tenemos sospechas de que nuestro perro tiene otitis
- Limpiarle los oídos justo antes de llevarlo al veterinario: de esa forma impediremos que el veterinario pudiera observar parte de los síntomas y lesiones de la enfermedad.
- No utilizar nunca bastoncillos de algodón para los oídos: pueden empujar y hacer que el cerumen se acumule al fondo del canal e, incluso, pueden llegar a dañar el tímpano del perro.
- No limpiar el canal auditivo con productos que no hayan sido prescritos por el veterinario.
- Evitar los remedios caseros: el veterinario es quien debe hacer un diagnóstico de la enfermedad, sus causas primarias y factores predisponentes y tratarlos de forma adecuada.