La muerte de nuestra mascota es uno de los momentos más temidos por parte de los dueños. Ya sea por causas naturales como la edad o algún tipo de enfermedad, el momento de despedirse de nuestra amada mascota llegará. Llegado el momento, ¿qué es lo que debemos de hacer en esta difícil e incómoda situación?

En primer lugar, y una vez que ha fallecida la mascota, hay que notificarlo en la mayor brevedad posible al registro censal de identificación de animales de compañía donde se encuentre inscrito, y una de las maneras menos complicadas de hacerlo es contactar con el veterinario habitual para comunicárselo y que éste lo pueda notificar telemáticamente. Posteriormente, el tratamiento de los restos ha de realizarse a través de los servicios municipales de tu ciudad, o de los servicios privados de una empresa funeraria para mascotas que hayáis contratado o tengáis pensado contratar, bien directamente o a través de las clínicas veterinarias.

Una vez realizado este doloroso proceso, existen varias posibilidades de actuación, las cuales vamos a comentar a continuación:

 

  • Incineración

Los crematorios de mascotas, ofrecen los servicios de incineración individual o colectiva. Este proceso incluye la recogida, traspaso previa identificación a una cámara, cremación y finalmente, entrega al propietario de las cenizas en urna junto con un certificado de la cremación.

 

 

 

  • Entierro

Para los que prefieran hacer un entierro y posteriormente, poder visitar a su mascota, existen cementerios de mascotas, lugares donde poder ir recordar al animal con el paso del tiempo. Este tipo de servicio, varía en función de lo que previamente se haya contratado y varía también en función a la ciudad dónde se haga.

 

 

 

 

Un proceso doloroso

La ciencia ha demostrado, que la muerte de una mascota es un momento muy difícil para el dueño, equivalente a la pérdida de un familiar o persona muy cercana.

Al igual que ocurre con los humanos, es necesario que pase un tiempo de duelo para sobrellevar su pérdida. Son lógicos y razonables la tristeza y sensación de vacío que nos dejan después de estar tanto tiempo con nosotros, siendo uno más de la familia.

Una vez ocurrido el fallecimiento de una mascota, hay propietarios que deciden no volver a tener más animales por no volver a pasar por este dolor. Sin embargo, otras no pueden vivir sin una mascota en sus vidas aunque tengan que pasar por ese trágico momento nuevamente.

 

¿Dónde puedo enterrar a mi mascota?

La gestión de cadáveres de animales, está amparada por varias leyes europeas, nacionales y autonómicas. La legislación vigente prohíbe explícitamente el abandono, vertido o eliminación incontrolada de los residuos en todo el territorio nacional: un animal doméstico fallecido se considera residuo urbano.

Existen comunidades autónomas que prohíben el enterramiento en cualquiera de sus formas, imponiendo importantes multas si se realizan incluso en propiedades privadas. Siempre debemos regirnos por las leyes que existen en nuestra ciudad o CA.

El 13 de diciembre de 2017, se aprobó por unanimidad en el Congreso de los Diputados, la modificación del estatus de nuestras mascotas, con el objetivo de dejar de ser considerados “bienes inmuebles”, que era como permanecían hasta ese momento; un estatus que no tenía ninguna razón de ser.

Gracias a esta modificación, nuestras mascotas y animales en general, pasaron a tener el estatus jurídico de “seres vivos dotados de sensibilidad”, distinto al de las cosas u objetos. Esta nueva figura legal, otorgó a los animales derechos, pero también a sus propietarios ciertas obligaciones, entre ellas, la gestión del cadáver cuando fallece la mascota.

 

¿Según la ley, qué puedo hacer si mi mascota ha fallecido?

El propietario de un animal, está obligado a gestionar el cadáver de su mascota y los costes conlleva, exactamente igual que en el caso de la muerte de un familiar.

Puede gestionarlo él mismo o delegarlo en profesionales veterinarios que podrán dar de baja de manera oficial al animal fallecido y gestionar los trámites de incineración y/o enterramiento, muy similar al procedimiento a seguir en el caso de fallecimiento de personas. Hemos de indicar, también, que las empresas dedicadas a estos menesteres tienen una amplia gama de servicios disponibles para que los propietarios puedan elegir y tener el mejor recuerdo del descanso y despedida de estas amigas y compañeras que son las mascotas.

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