Al igual que el ser humano, nuestras mascotas sienten el frío y algunas de ellas pueden sentir la necesidad de abrigarse para poder combatirlo. Si bien, en la mayoría de los casos piel y pelo, así como diferentes procesos metabólicos deben ser suficientes barreras naturales para el control de la hipotermia exterior y mantener la temperatura corporal en niveles aceptables, existen ciertas mascotas que requieren un aporte extra de calor, ya por razones internas (motivos de salud, por ejemplo) o externas (condiciones adversas del medio que le rodea).

Conviene recordar que las mascotas pueden enfermar si se exponen a temperaturas extremadamente frías durante períodos prolongados.

 

¿Cómo saber cuándo tienen frío?

Existen una serie de signos muy característicos, aunque lo suyo es no esperar a que éstos afloren.

  • Temblores
  • Partes externas del cuerpo, frías (orejas, por ejemplo)
  • Somnolencia
  • Posturas que tiendan a disminuir la superficie corporal en contacto con el frío (hacerse un ovillo o acurrucarse)
  • Nariz reseca y fría

 

En el caso de perros y gatos

En primer lugar, debemos de facilitarles prendas de abrigo cuando salgan a la calle y sepamos que el frío es intenso, sobre todo en animales mayores y/o que tengan pelo corto, como determinadas razas de perros.

Además, hay otras recomendaciones que os vamos a comentar a continuación:

Una de las más destacadas es pasear al perro durante las horas del día donde el sol calienta más o las temperaturas sean más altas, evitando el frío intenso que se da en las primeras y últimas horas del día. En caso que el clima no deje dar paseos tan extensos (por lluvia o nieve), es aconsejable reducir la ruta y dedicar tiempo a jugar en casa.

Después del paseo, es muy importante limpiar y secar las patas y las partes bajas del perro al regresar a casa para eliminar cualquier rastro de hielo o arena que pueda tener y verificar regularmente si hay grietas en las almohadillas de las patas o enrojecimiento entre sus dedos.

Los gatos y perros, más a menudo en los que habitan en el exterior o tienen acceso a garajes, no están exentos de correr un mayor riesgo de intoxicación por ingestión de anticongelante (etilenglicol) en las épocas del año con más frío o incluso a la hora de arrancar el motor de un coche, de ahí que se recomiende siempre dar golpes al capó y comprobar que no haya ninguno en la zona del motor.

Cuando se trate de cachorros, mascotas senior o convalecientes, es muy importante controlar su temperatura y la de su hábitat cotidiano. Así evitaremos resfriados o empeoramientos de algunas enfermedades como la artritis/artrosis, más frecuentes en mascotas de avanzada edad.

Existen razas más preparadas para las bajas temperaturas, como el Husky Siberiano o el Alaska Malamute y otras que lo están mucho menos por su condición física o pelaje, como los Galgos.

Además, los perros de pequeño tamaño y los cachorros suelen pasar más frío porque tienen una masa corporal baja. Al igual que ocurre con los perros de avanzada edad, cuyas defensas y pelaje están algo mermados por el paso del tiempo, este tipo de mascotas suelen pasarlo peor en invierno.

Teniendo en cuenta los factores mencionados, a continuación, os dejamos más recomendaciones para proteger a tu mascota del frío invernal:

 

Acondiciona su lugar para dormir

Dependiendo de si duerme dentro o fuera de casa, las condiciones a las que os tendréis que enfrentar son completamente diferentes.

Si tu mascota duerme dentro de casa, no necesitará mucho más que lo normal en estos casos, como una cama de invierno, las cuales tienen algo más de grosor y revestimiento para aislar del frío suelo.

Si, por el contrario, tu perro pasa las noches fuera de casa, es recomendable que se cuente con un espacio protegido para él. Lo lógico e ideal para tu mascota, es que tenga una caseta en la que pueda protegerse de la lluvia, la humedad y las bajas temperaturas.

En el caso de que vivas en una zona donde nieve y haya heladas, es recomendable que pase la noche dentro de casa.

 

Adaptar la alimentación a los meses de frío

Los veterinarios aconsejan que los perros más susceptibles de sufrir las consecuencias del frío en invierno sean alimentados con una ingesta adicional de calorías. Si tu mascota vive en casa y no hace demasiado ejercicio, aumentar las raciones no es aconsejable.

Si, por el contrario, tu perro vive en exteriores, suele salir a practicar deporte junto a los propietarios o a dar largos paseos, un aumento de la ingesta de calorías le va ayudar a generar mayor calor corporal y energía.

El viento, la lluvia y/o la nieve hacen que el pelaje de nuestra mascota esté frecuentemente mojado aumentando así el riesgo de que pase frío y sus consecuencias. Debemos tener en cuenta que el pelaje de los perros es su abrigo natural, así que debemos esforzarnos por que esté siempre en las mejores condiciones.

Si mantenemos el pelo de nuestro amigo limpio, seco, cepillado y libre de nudos, estará siempre mejor protegido contra el frío. Por tanto, si se moja, lo ideal es secar su pelaje lo antes posible con una toalla o con un secador.

Recuerda que existen abrigos e impermeables para perros, además de casetas donde habitar, que son una alternativa perfecta para aislar el pelaje de nuestras mascotas de la humedad y el frío del invierno.

 

Programar una visita al veterinario

Al igual que con las revisiones al médico que debemos de realizar los humanos, nuestra mascota debería de visitar al veterinario a menudo (es recomendable que sea, al menos, dos veces al año).

El comienzo de la época de frio es una buena ocasión para visitar al veterinario. Así, nos aseguramos que las articulaciones de nuestra mascota estén en un estado óptimo, que esté recibiendo el suficiente alimento y nos llevaremos algunos consejos a seguir para que nuestro amigo pase un invierno agradable y calentito.

 

 

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